Como es nuestra alcaldesa, a la sentencia del Tribunal Administrativo de Navarra para la retirada de los nombres franquistas de 20 calles de la Txantrea, responde con que va a colocar 40 nombres de victimas de ETA en las calles de Pamplona.

Que gran papel hubiera hecho la alcaldesa que hemos elegido los pamploneses en lugar del nada creíble Acebes, vestida de rojo a lo Esperanza Aguirre, diciendo aquello de “ fue ETA la causante del atentado del 11 M”. También ella, como el políticamente difunto Aznar, no parece hacerle ascos a utilizar a las víctimas para beneficio político propio, con el agravante, si es que cabe agravante a tamaño comportamiento psicopático, que esta vez pone enfrente a dos grupos de victimas de la violencia política.

A que nivel de miseria personal llega una persona por ambición, engreimiento, o soberbia para pasar por encima de la tragedia humana que supone la pérdida de un ser querido. Esto vale la presidencia de una nación, esto vale una alcaldía. Como puede ser que todavía queden mausoleos de criminales de guerra en nuestras calles y que la alcaldesa nos venga con estas. Todas las victimas de la violencia política merecen nuestro respeto, nuestro apoyo, nuestra consideración y son los comportamientos y manifestaciones como las suyas las que perseveran en el sufrimiento de estas personas. La utilización de las victimas de la violencia política es miserable, como lo es la persona que lo realiza.

Pero no importa, nuestro presidente la ha elegido, si ella quiere y el PSN sigue en la inopia, para que nos presida. Mientras tanto los navarros fútbol y gasolina (ojito los de Tudela, por que las Bardenas es un buen circuito para los Red Bull) y dentro de una semanita también toros, vamos como en tiempos del caudillo.

Opinión. Fegderico Jiménez de todos los Santos.