Por esta tierra en lo deportivo (aunque es extrapolable a todos los aspectos de la vida), somos todos muy dados a criticar sobre todo a la hora de perder. Son unos mantas, no saben hacer la o con un canuto, a esos los ponía yo a vendimiar, un par de hostias es lo que les hace falta…no son sino una pequeña muestra de lo que puede salir por las bocas de los “sufridos” aficionados.

Otra cosa bien distinta es cuando alguien gana, aquí todo dios se apunta al carro. ¿Quién no recuerda a Indurain en el balcón de la diputación rodeado de políticos o a Yolanda Barcina en la final de la copa del rey? Precisamente si lo recordamos es porque, parafraseando al campeón de Atarrabia, muchos también estuvimos ahí. Este comportamiento se podría decir que representa en el terreno deportivo, la heterosexualidad, lo correcto dentro de esta Navarra tan encorsetada en lo tradicional que nos ha tocado sufrir.

Pero claro cuando uno ve ayer las calles de la vieja Iruñea desiertas y los bares llenos y escucha los pitos de los coches con los goles de la selección española, se pregunta sino no están cambiando por aquí las cosas. Si no se está empezando a gestar un cambio en la orientación sexual de algunos de los seguidores y seguidoras navarros. No voy a criticar esto, no seria lógico cuando otros ya hace tiempo que hemos salido del armario y llevamos tiempo revindicando (entre otras cosas) la oficialidad para nuestras selecciones.

Así que desde estas líneas le animo a toda esta gente, que quiere declarar su pasión por la selección española pero que no sabe como, que el próximo sábado y aprovechando la celebración del día internacional del orgullo gay, tengan el mismo valor que ellos y ellas y salgan del armario. Eso si, si lo van a hacer, sería bonito que lo hicieran el sábado, que el domingo a partido pasado ya no es lo mismo. Capaces los veo, que estos si la paga el gobierno como entonces, se atreven a volver montar de nuevo la del 17-M