En estos días de jotica, risas y cogorzas, cuando ediles, alcaldesas, parlamentarios y presidentes han puesto el cartel de “Cerrado por Vacaciones” - en julio y agosto, solo trabajan los pobres la vida en la ciudad sigue igual, y mientras algunos y algunas cantan joticas rancias para la prensa, otras personas padecen los mismos problemas de mayo y junio.

El otro día paseaba por la que fue Plaza del Castillo – hoy patio de armas – y me senté a tomar un refresco en una terraza buscando la sombra que no encuentro en la plaza. De pronto, una señora mayor con el bolso de la compra a cuestas, pisó una de tantas losas desquebrajadas y se dio de bruces en el suelo, los tomates y las cebollas salieron despavoridos, varias personas fuimos corriendo a auxiliarla, por suerte no fue nada grave, aunque al levantarse tenía un gran moratón en la rodilla derecha y sentía mucho dolor en la cadera, quisimos llevarla a urgencias y nos dijo que si sentía peor, tomaría un taxi y se iría con su nieto al hospital.

Al rato, otra persona más joven tuvo un tropiezo similar, pero salió ileso.

Atravesar la plaza de armas del castillo, supone un riesgo real, no tanto como cruzar un campo de minas pero…

Cuando el ayuntamiento anda de vacaciones, encarga parches – provisionales – para – siempre, retira los restos de la losa asesina y la sustituye por un par de sacos de cemento, el cemento no es tan chic y glamoroso como nuestra alcaldesa, pero es más seguro, casi tan seguro como el pavimento que había anteriormente, aunque no tan bonito.

De todos modos, cuando crucéis la que fue Plaza del Castillo fijaros que cantidad de rectángulos cutres que hay por todos los lados y pensar, que en esos lugares otra persona calló estúpidamente y se levantó acordándose de la alcaldesa, de su junta de gobierno y de toda su cohorte de aduladores.