2008-07-31
EL GRAN OJO QUE NOS VIGILA
Etiquetas: barcina, MENDILLORRI, santamaria, SODENA 0 comentariosHoy 26 de julio, sábado, cuando el gentío está de vacaciones o en fiestas de algún pueblo, me he sentado a la sombra en uno de los bancos que hay al margen de la carretera Pamplona – Badostain Km.1, a su paso por lo que fue Villa de Mendillorri, justo debajo del “Palacio de Mendillorri”, hoy edificio para ejecutivos de SODENA.
He decidido escribir esta al pie de la última cámara – espía, colocada en nuestro barrio por los servicios de inteligencia locales.
A nadie se le escapa que esta potente cámara tiene la función de controlar todos nuestros movimientos. Está situada junto al CIVIVOX, delante del Bar Tutelilla y cubre con su visión panorámica todo el término de Mendillorri, es más potente que la situada sobre los depósitos de agua de Burlata, y es capaz de leer lo que ahora estoy escribiendo, por eso tapo con mi mano izquierda el cuaderno, para que a través de su objetivo indiscreto, no lean mis comentarios antes que las vecinas y vecinos de mi barrio.
Doña Barcina y Don Simón, saben muy bien que en este barrio nunca fueron bien recibidos, así como sus secretas. Saben a la perfección que en nuestros parques verdes no se cosechan votos conservadores de los que se alimentan políticamente. Por eso nos acosan y tratan de privarnos de la libertad de movimiento necesaria para respirar en democracia participativa. Saben que Mendillorri es un barrio rebelde y pacífico en sus manifestaciones de protesta contra los abusos de poder.
Hace poco, una importante manifestación vecinal protestaba por el expolio de nuestro Palacio y por el pretendido cambio en el Plan General de Ordenación Urbana para favorecer a la empresa SODENA. Hoy como consecuencia, aprovechando la nocturnidad y alevosía veraniega, nos clavan en nuestro suelo un colosal mástil desde el que nos vigila la “Gran hermana” atravesando sin permiso nuestras ventanas y perturbando la intimidad de nuestros hogares.
Podrían utilizar sus cámaras para verificar la falta de servicios y dotaciones en nuestro barrio, y perseguir con su ojo de cristal la corrupción urbanística e inmobiliaria de la zona, haber si así se abochornan y la apagan definitivamente.
No se puede consentir que todas las personas que salimos y entramos de Mendillorri seamos controladas como si estuviésemos encerradas en un campo de concentración.
Propongo, que cuando los y las profesionales locales de la política, regresen de sus merecidas vacaciones, tomen en consideración este atentado contra la libertad de movimiento.
Fdo.: José Ramón Urtasun Recalde.
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