2008-06-06

¿Cuándo el crimen es crimen? ¿Cuándo el terrorismo es terrorismo? ¿Cuándo el asesino es asesino?  

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¿Cuándo el crimen es crimen? ¿Cuándo el terrorismo es terrorismo?

¿Cuándo el asesino es asesino?

Qué preguntas tan disparatadas para empezar. Disparatadas sí, pero no estúpidas.
En la historia hay momentos en que la diferencia entre ser asesino o héroe, está en una cuestión tan insignificante como hacia dónde se incline el fiel de la balanza.
Hoy se está hablando mucho sobre el callejero de Euskal Herria, y se está hablando siempre desde una postura partidista, reaccionaria, contraria, favorable, pero no histórica. Por ahora la historia determina que los miembros de ETA son asesinos y terroristas.
El 7 de junio se cumplen 40 años de la primera víctima de ETA. Melitón Manzanas era un miembro de la policía, destacado por su crueldad en el desempeño de su trabajo.
Desde el antifranquismo nadie lamentó su muerte, y aunque fue la primera víctima de una locura que todavía tenemos que padecer, a las personas que cometieron esa acción armada la población vasca nunca las consideró unas asesinas, pero la historia actual determina que sí lo fueron.
He recibido un artículo muy interesante sobre la muerte de José Rodríguez-Medel Briones publicado en Hermes y escrito por Mikel Donazar Jaunsaras.
Rodríguez-Medel era el jefe de la Guardia Civil en Pamplona el 18 de Julio y posiblemente la primera víctima de la Guerra Civil en la península tras un acto de rebelión interno insólito e inédito en la Guardia Civil. Lo mataron de dos tiros por la espalda dos de sus subordinados, (uno de ellos su propio chófer) por ser leal al orden democrático constituido. Conocedor Mola de sus planes, organizó su asesinato junto con otros personajes como Garcilaso, Martínez Beasain, Antonio Lizarza, Conde Rodezno, Solchaga, Víctor Eusa..., criminales de guerra a quienes no les tembló ni un pelo de las cejas. El o los que dispararon el fusil (el chófer, ascendido en el escalafón, murió poco después atormentado y alcoholizado) fueron unas pobres marionetas en manos de los verdaderos asesinos responsables de esta muerte y de las más de 3.000 que se producirían en toda Navarra.
De esta historia conocida por todos, solamente quiero recordar la vergonzosa versión que el Diario de Navarra en una escueta nota publicó el día 19 de aquel julio: "... a consecuencia de un desgraciado accidente ocurrido en el cuartel, dejó de existir el jefe de la Guardia civil de Navarra… "
También es digno de resaltar un dato que aporta el artículo de Mikel Donazar, desconocido hasta ahora:
Existe un documento donde figuran los nombres de los números y oficiales que se hallaban presentes en la guarnición de Pamplona aquella tarde del 18 de Julio. Junto a los nombres se marcó con una cruz a los que eran afines a las intenciones de Mola.
Entre ellos aparece el guardia de 3ª Rafael Gurrea Ureña, apellido ilustre de la derecha navarrista hasta nuestros días.
¿Fueron asesinos?, ¿fueron criminales?, ¿terroristas?
La historia por ahora dice que no.
Lo mas triste de todo esto, es que sus herederos políticos siguen manteniendo los nombres de plazas, calles y hasta hace muy poco un centro de salud.
La historia los juzgará.


Enrique de Labrit

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